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Entretenimiento, Tendencia

En otros tiempos,  las casas disqueras dominaban el mundo de la música, el proceso de la producción musical era una odisea que involucraba a muchas personas como ingenieros de grabación, manager, arreglista, autores, representante, el productor y hasta el abogado.

Pero los tiempos cambiaron, la piratería, la descarga ilegal de contenidos digitales, el Internet, las redes sociales, los servicios de streaming, creadores digitales (youtubers, influencers), el desarrollo de Home studio y dispositivos portátiles de grabación, se encargaron de dar un giro de 180° y ya nada fue igual.

Todo esto ocasionó a su vez la caída de grandes sellos discográficos, desaparición de grandes estudios de grabación, la devaluación de la producción musical y el abaratamiento de la mano de obra en la industria. A su vez provocó la independización del artista. En este punto el artista (músico) poco a poco tuvo la necesidad de asumir diferentes roles en esta revolución tecnológica/digital, haciéndola de sonidista y de manager gestionando sus propios “chivos” para poder jugársela como decimos en CR.

Muchos músicos comenzaron a fungir como productores. Esto ocasionó una cantidad enorme de música nueva disponible a un click y desde cualquier parte del mundo. Este fenómeno a mi juicio también hizo que disminuyera la calidad de la de la música comercial en la actualidad pero también permitió conocer un abanico de posibilidades y manifestaciones musicales de todo tipo que antes sólo se conseguía escuchar viajando.

El productor musical debe ser participe en los procesos de pre-producción, producción y distribución de este “producto”. Debe ser capaz de manejar aspectos de grabación, mezcla, masterización, marketing, distribución en plataformas musicales digitales, aspectos de derechos de autor y derechos conexos, entre otros. No solamente debe conceptualizar la idea si no que también debe conocer el lenguaje musical, composición y arreglo. Debe investigar y ahondar en los aspectos del público meta y como reacciona ante un concierto en vivo de la banda o artista con el que trabajará para poder capturar este fenómeno en un registro sonoro. Debe conocer de acústica y dominar el espacio donde se realizará la grabación, conocer de los equipos y los programas que va a utilizar, debe también conocer de micrófonos e instrumentos para lograr el sonido que necesita según el estilo o género musical. El productor es la interface entre lo conceptual y lo material musicalmente hablando.

En conclusión debe saber de todo un poco y controlar cada aspecto del proceso. El papel de un productor musical en la actualidad debe ser el de optimizar una idea musical creativa para fines específicos entendiendo el entorno y logrando la máxima calidad posible con los recursos que tenga a mano.

 

Jonathan Delgado Sancho

Productor/músico/docente

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